Este 2024, Hip Hop al Parque, más allá de la gran apuesta cultural que representa para Bogotá y sus ciudadanos, también fue una plataforma para denunciar la violación de los Derechos Humanos por el asesinato de los líderes barriales de Bosa: Camila y Mc Cub. Entre ellos la rapera colombiana, Key Linch, el español, Rapsusklei, y el chileno, Chistemc.
Dos jóvenes que pertenecían a los colectivos de Hip Hop: Distreestyle y La Comunidad del Bicho, que fueron asesinados con una ráfaga de metralla en el Parque Metropolitano El Porvenir, frente a la Universidad Distrital, en la localidad de Bosa.
Un espacio que desde el año 2019, en medio del paro nacional y el futuro Estallido Social que se aproximaba, se había convertido en un lugar de encuentro social y cultural para las juventudes populares de la zona.
Tanto así que en el año 2022 Distreestyle, junto a los colectivos Golpe de Barrio y Arquitectura Expandida, ganan una beca local y ejecutan el festival: Aguante el Barrio, la Lucha y la Cucha. Que da como resultado una infraestructura comunitaria que nombran: El Bicho.
Una especie de altar, tarima o resguardo construida en guadua, o quizá todo junto, que meses después las entidades distritales IDRD, IDARTES y la Alcaldía de Bosa les pedirían retirar, hasta llegar a “operativos policiales”. Denuncia el colectivo Distreestyle en uno de dos comunicados.
Además de que su vida se consideraba en riesgo de vulneración a sus derechos humanos, “como se expresa en las alertas tempranas 023 del 2019 y 010 de 2022, emitidas por la Defensoría del Pueblo”.
Ellos, entre el 2019 y el 2024, siendo uno de los mayores activadores culturales defensores del territorio, “fueron amenazados por parte de uniformados pertenecientes al CAI Porvenir y Grupos Armados Organizados que hacen presencia en el espacio y se disputan el control del territorio”, agregan.
Y justo estos dos, la policía y una banda de microtráfico que opera en el parque, “les habían dañado parte de la estructura” unas horas antes del atentado, narró uno de los sobrevivientes del ataque al periodista de El País, Juan Miguel Hernández.
Después de eso, un par de sicarios pasó en frente de 7 amigos sentados en un andén, y con una barbárica ráfaga de metralleta acabaron con la vida de Camila Ospitia, de 25 años, y de Camilo Sánchez, conocido como Mc Cub, de 27.
Además de que Camila había recibido una amenaza de muerte ese mismo día porque su perro le dañó la chaqueta a uno de los micro traficantes de la zona.
Días después del asesinato el Presidente Gustavo Petro le solicitó al comandante de la policía, General Salamanca, a través de su cuenta de X, “la investigación más decidida para encontrar los autores del asesinato de estos dos jóvenes”.
“Repudiamos el asesinato de los líderes juveniles, Camilo Sánchez y Camila Ospitia, pertenecientes a Distreestyle y la Comunidad El Bicho, quienes fueron atacados con arma de fuego luego de una jornada de trabajo en el parque El Porvenir en la localidad de Bosa. Según denuncian las organizaciones, venían siendo hostigados por cuenta de bandas de microtráfico e incluso por la fuerza pública desde tiempo atrás”, agregó.
Pero después de esto, los testigos, sobrevivientes, amigos y familiares de los jóvenes asesinados denuncian que tras el doble homicidio se han agravado la estigmatización y la inseguridad.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, se pronunció hasta el sábado 24 de agosto, asegurando que “los responsables paguen ante la justicia”. Y que desde ese día la Secreatría de Seguridad de Bogotá ha venido apoyando la investigación y que es una prioridad de la ciudad esclarecer el crimen”.
Sin embargo, para un artículo sobre el tema publicado por el País de España, el periódico asegura que contactaron “insistentemente a la Secretaría de Seguridad de la ciudad, en cabeza de César Restrepo, pero la entidad solo afirmó que la Policía Metropolitana es la entidad encargada”.
Mientras tanto, a la fecha, los colectivos de la zona piden justicia, denuncian que continúan las intimidaciones, que se sienten solos y que las bandas de microtráfico continúan apoderándose del territorio en frente del CAI, acabando la cultura que trata de transformar el territorio.
El registro
